Buscar este blog

miércoles, 24 de marzo de 2021

 

Villagarcía de Campos

El término municipal de Villagarcía de Campos cuenta con una extensión de 3.745 hectáreas dedicadas principalmente al cultivo extensivo de cereal, también existen algunas zonas de pastos, y algo de regadío. En este pueblo termina el ramal Macías Picabea, del Canal de Castilla. El camino más corto a Villagarcía desde Valladolid se hace siguiendo las carreteras locales de la siguiente ruta: Valladolid-Zaratán-Wanba-Peñaflor de Hornija-La Santa Espina-Villagarcía: en total, 49 kms. Otra forma de llegar es tomar la carretera de León (N-601) hasta medina de Rioseco para desviarse allí por la C-519. La comodidad de esta ruta se ve penalizada por el número de kilómetros, que sube hasta 60.

Historia

Villagarcía de CamposLa historia conocida de Villagarcía se remonta al siglo X, época de la colonización de estas tierras, irradiada desde la gran Abadía de Sahagún, y por tanto, de carácter monástico.

Los años de mayor esplendor de la villa se registran en el siglo XVI, cuando era señor de Villagarcía don Luis Méndez de Quijada, tenido en gran estima por Carlos V y Felipe II, y de cuyo castillo todavía subsisten las ruinas. Prueba de este afecto es que el emperador le confió la educación de su hijo natural don Juan de AustriaJeromín, a quien se trajo Quijada a Valladolid desde Alemania, en el viaje que realizó a España para casarse con doña Magdalena de Ulloa, mujer de vital importancia en la Historia de Villagarcía.

Cuentan los cronistas de la época que doña Magdalena desconocía quién era en realidad el joven a quien su marido educaba, y por el que tantos desvelos tenía. Tanto que la esposa de don Luis llegó a pensar que el joven era fruto de "alguna debilidad " de su marido.

Pero el tiempo vino a tranquilizar a Doña Magdalena cuando Felipe II proclamó en el monasterio de la Santa Espina que Juan era su hermano. A la muerte de don Luis, su viuda se dedicó completamente a la fundación de tres colegios de jesuitas en Villagarcía, Oviedo y Santander. De sus obras en Villagarcía se conserva la Colegiata de San Luis, a uno de cuyos laterales iba adosado el colegio de la compañía de Jesús, hoy desaparecido, salvo la pared de la celda del Padre Isla.

Entre los hombres ilustres de Villagarcía se encuentran el maestro Juan de Villagarcía, religioso dominico que acompaño a Felipe II en su viaje a Inglaterra, cuando fue a casarse con la reina María Tudor, y don Manuel Hurtado de Mendoza, quien escribió importantes tratados sobre medicina.

El jesuita padre Francisco de Isla no nació en Villagarcía, aunque su vida y su obra literaria están estrechamente ligadas a la historia del pueblo y de la Colegiata. Llegado al colegio de la Compañía de Jesús en 1719 a los 16 años de edad, en él escribió bastantes de sus obras. Autor ilustrado, de su pluma salieron libros tales como "Fray Gerundio de Campazas”, "Cartas", "Juventud Triunfante" y "Compendio de la Historia de España".

Colegiata de San Luis

Colegiata de San LuisEl exterior de la colegiata es de líneas severas. La fachada principal se levanta sobre unas escalinatas y tiene la puerta adintelada, sobre la que se abre un amplio ventanal. La planta del templo es de cruz latina, cubierta por bóveda de cañón, con tres capillas en cada lateral de la nave. El trazado de los planos corrió a cargo de Gil de Hontañón, quien deja de ver en ellos las formas renacentistas tan en boga en aquellos años. Muestra de su gusto por lo clásico son las puertas y ventanas adinteladas y el frontón de la fachada, aparte de otros muchos detalles.

El retablo mayor lo diseñó Juan de Herrera y lo labró el maestro Juan Sanz de Torrecilla. El primer cuerpo, alzado sobre un pedestal en piedra de las canteras de Urueña, presenta tres grandes relieves en alabastro con escenas de la Anunciación, la Adoración de los Reyes y la Circuncisión, así como cuatro hornacinas con esculturas de los Evangelistas. Los relieves del segundo cuerpo muestran motivos de la Pasión, la Oración del Huerto, la Flagelación y la aparición de Jesús a Mª Magdalena, que va en el centro.

Por último, el cuerpo superior, bajo el frontón, lo ocupa una escultura de San Luis Rey de Francia, a cuya advocación se construyó la colegiata. En el presbiterio, al lado de la epístola, descansan los restos de doña Magdalena de ulloa, y en frente, en el lado del evangelio, los de don Luis Quijada, bajo sus estatuas de mármol. A ambos lados del crucero hay otros dos retablos, que reciben las imágenes de San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas, y de San Francisco Javier, santo de la misma orden.

Iglesia de San PedroIglesia de San Pedro

El otro gran monumento de la villa es la iglesia de San Pedro, de tosco sillar, de muros lisos, con una hermosa portada de medio punto y una torre de dos cuerpos de ladrillo, con ventanales de perfil mudéjar.

Economía

La Villa está situada en la comarca de Tierra de Campos, una tierra llana, de enormes perspectivas, conocida en la documentación medieval como "campigothorum" (campos góticos).

Siguiendo el modo de vida de esta comarca, las gentes de Villagarcía se dedican principalmente a la agricultura y a la ganadería. No obstante, pueden encontrarse buenos profesionales y oficios, como Juan Olandía, miembro de una saga vasca que hace muchos años se estableció en la zona, y que es un gran ebanista. Juan ha realizado espléndidos trabajos en la reconstrucción de HEREDAD DE URUEÑA, entre otros la estructura de la cubierta del Palomar, realizada en madera con la técnica tradicional del "pendolón". Eduardo, el hijo mayor de este ebanista, es uno de tantos jóvenes que han estudiado una carrera universitaria y se han ido del pueblo, en busca de otros horizontes.

En cuanto a la ganadería, predominan las explotaciones de ovino para leche y también para la obtención del lechazo, que tanta fama gastronómica tiene en toda la zona de Tierra de Campos. Existen explotaciones de porcino, no menos importantes que las anteriores, dedicadas a la obtención de lechones para engorde, además algunas explotaciones de vacas lecheras.

Un aspecto importante en la economía de Villagarcía de Campos es la Colegiata de San Luis, y en concreto la residencia de los Padres Jesuitas, que mantiene un buen número de puestos de trabajo, además de su atractivo turístico, ya que son numerosos los curiosos que se acercan hasta Villagarcía para admirar este monumento, sobre todo en la epoca de verano.

Fiestas y tradiciones

El día 3 de febrero celebra Villagarcía la fiesta de San Blas, que va precedida de la de San Blasino y seguida por la de San Blasón, víspera y siguiente de la fiesta. Lo más llamativo es la carrera de cintas, en la que los caballistas tratan de ensartar con sus lanzas cintas bordadas que penden de un cajón y que más tarde ofrecerán a las damas.

Por carnaval el pueblo se une al resto de las localidades del valle del río Sequillo para realizar distintas actividades festivas que no podrían llevar a cabo por separado.

La "Octava" del Corpus también se celebra en la villa; ese día los quintos sacan al Cristo de la ermita, y por la noche, hacen una gran cena con sus padres.

El 7 de octubre se celebra la Virgen del Rosario, que tienen su propia cofradía. Las vaquillas son protagonistas del programa, cuyo broche es una comida de todos los vecinos en el monte, al que suben en remolques y tractores.

martes, 23 de marzo de 2021

VANDALS ROB TWO UKRAINIAN CHURCHES IN THREE DAYS IN KHARKOV

Kharkov, Ukraine, January 27, 2021

The icon of St. Luke stolen from the Church of St. Vladimir is on the left. Photo: FacebookThe icon of St. Luke stolen from the Church of St. Vladimir is on the left. Photo: Facebook    

Two churches of the canonical Ukrainian Orthodox Church in the city of Kharkov were attacked by vandals and thieves last week.

First, the Church of the Nativity of St. John the Baptist was attacked on the night of January 18, with the perpetrators making off with the offering box, reports Status Quo.

“They broke through the side door and carried off the offering box, having broken the lock. Local security and the security company response team didn’t manage to detain anyone,” the Kharkov Diocese reported.

Three days later, on January 21, unknown perpetrators stole an icon of St. Luke of Crimea with a piece of his relics from the city’s Church of St. Vladimir.

According to parishioners of the church writing on Facebook, the icon has no particular artistic value, “but it is priceless” because it contains a piece of St. Luke’s relics.

“It is a great sacred treasure for any Orthodox person and a huge lost for our parish,” they write.

If anyone has bought the stolen the icon, the parish is willing to reimburse the cost to get the icon back.

Follow us on Facebook, Twitter, Vkontakte, Telegram, WhatsApp, Parler, MeWe, and Gab! 

 

HOW THE FORTY MARTYRS OF SEBASTE SAVED METROPOLITAN JOSEPH

We would like to present to our readers a story of the ever-memorable Metropolitan Joseph (Chernov; 1893–1975) about how he one day nearly died from hunger in a Nazi prison.

    

In Taganrog, in the archbishop’s chambers hung an icon of the Forty Martyrs, suffering in the lake of Sebaste. When I was still a young hierdeacon and cell attendant to Vladyka Arseny I passed by this icon often, but didn’t give the proper veneration to these forty sufferers; I even doubted a little in their existence—maybe there were such martyrs, maybe not…

Well, in the winter of 1943, I was incarcerated in a Gestapo prison in [the central Ukrainian city of] Uman, where there was no glass in the windows, and it was bitter cold outside. I was practically without clothes, wearing only a cassock. Then, in that stone box, I asked for death: “O Lord, let me die!” It was hopeless, and I hadn’t the strength to endure the freezing cold. Then I remembered the Forty Martyrs of Sebaste and started praying to them, asking their forgiveness for not rendering them the proper honor, for not understanding their martyric feat. I prayed fervently, ardently, and soon the despair left my soul, heat filled my body, and I felt entirely warmed. After the cold and despair left me, the prison cell door opened and I was given a package—the Holy Gifts, bread, and warm clothing.

The Soviet forces were advancing on the city and the Germans began shooting the prisoners. I took the Holy Gifts in the palm of my hand and prayed before them all night. The faithful of Uman collected their gold and bought off the prison warden’s assistant. He gave his word to keep me alive; and truly, while the Germans were either carrying off the prisoners with them or shooting them, I remained alive.

When the Soviet forces arrived, Vladyka Joseph was again put in prison, this time by the Soviet authorities. It seemed very suspicious to them that he should survive a Gestapo prison. But this is another story altogether.

From The Light of Joy in a World of Sorrow: Metropolitan Joseph of Alma-Ata and Kazakhstan by V. Koroleva (Moscow: Palomnik, 2004).

 

THE FORTY MARTYRS OF SEBASTE

    

Anyone wandering about near a freezing cold pond one night near the city of Sebaste in the year 320 would have seen an astounding sight: forty Roman soldiers, all members of the so-called “Thundering Legion”, were standing together naked in the icy waters throughout the night as they slowly froze to death. They were guarded by other Roman soldiers on the shore, who made sure that the condemned men remained in the freezing waters, and also kept a warm bathhouse ready to receive any of them who decided they wanted to leave the waters of death, warm up, and survive. All they had to do was to deny Christ and renounce their Christian Faith. All forty of them were devout Christians, and they chose to die rather than deny their Lord.

One of them, however, lost his courage at the last moment. He renounced Christ, and left his companions for the warmth of the waiting bathhouse. One of the guards, overwhelmed at the constancy of those remaining in the pond, confessed himself a Christian, threw off his clothes and joined them in the water, so that the number of the forty martyrs remained complete. Daybreak found most of the men dead and stiff with cold. Those who still showed signs of life were killed, burned, and their ashes thrown into the river.

We may ask: what strengthened the men as they remained in the icy waters of death and as life slowly drained from their bodies? Two things: they looked past the horrors of that night to the lighted Kingdom and the crowns of glory awaiting them, and they looked to each other for solidarity and support. As soldiers they knew the importance of loyalty to their military unit, and like a band of brothers, they knew each must remain steadfast for the sake of the others. This soldierly unity sustained them—it was a matter of honour that none of them break rank and betray the others.

We also live in a time of deadly winter, when multiplied wickedness causes men’s hearts to grow cold (Matthew 24:12). The rulers of this age promise earthly reward to those who will abandon the truth, and a warm bathhouse stands ready to receive the apostates. The martyrs of Sebaste encourage us to stand firm in our faith despite the coldness of the age and whatever persecution may befall us, for after only a few hours, they were received with triumphant joy in the warm halls of heaven, and had no need of any Roman bathhouse. It will be the same with us also: soon enough this cold age will pass away, and we will stand with them before our King. Until then, we too take courage from the fact that we are not alone in our suffering for the truth. We resist the compromises urged by the devil, and remain firm in our faith, knowing that the same experience of suffering is required of others of our brotherhood throughout the world (1 Peter 5:9).

One last thing: the soldier whose courage broke and who apostasized and ran into the warm bathhouse did not survive the night. Doubtless his core temperature had already dropped too much, and not even the heat of the bathhouse could save him. He died anyway, along with the rest of the Thundering Legion. By his apostasy he did not save his earthly life, but only forfeited his eternal life and the crown which was within his reach. The rewards for apostasy do not last, but end with the coming of the eternal day. The reward for perseverance lasts forever.


 

Putin se vacuna contra el COVID-19

El presidente ruso, Vladímir Putin - Sputnik Mundo, 1920, 23.03.2021
El presidente ruso, Vladímir Putin
Síguenos en
MOSCÚ (Sputnik) — El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se inmunizó contra el coronavirus, comunicó a Sputnik el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
"Putin se vacunó contra el coronavirus, se siente bien", dijo Peskov.
Mañana el 24 de marzo, agregó, el mandatario ruso tendrá una jornada laboral completa.
Este 23 de marzo Peskov ya había declarado que el Kremlin no va a aclarar con cuál de las vacunas rusas se inmunizó el presidente.
"No diremos qué vacuna en concreto fue elegida, las tres vacunas rusas son absolutamente fiables y eficaces", dijo el portavoz al añadir que los tres fármacos "han confirmado su capacidad para crear una inmunidad estable".
Al contestar por qué el Kremlin no prevé difundir las imágenes de la vacunación del presidente, Peskov dijo que Putin no es partidario de hacerlo ante las cámaras.

domingo, 21 de marzo de 2021

 






UN MILAGRO DE SAN JOSÉ

 

Tengo para mí que los milagros existen por más que no pueda demostrarlo y el divino y casto José el que guarda un secreto mutismo en el evangelio es uno de los mayores taumaturgos en la historia del cristianismo aunque el culto josefino tenga poco arraigo en las iglesias del Este pero Teresa de Jesús la grande no daba un paso ni llevar a cabo fundación de conventos sin encomendarse a él. Ayer 19 de marzo el padre putativo de Cristo se despachó con uno de esos milagros a la chita callando por los que es famoso con nosotros los pipis de la hornada de 1955.

Ayer me llamó Gaspar HERGUEDAS para unirme al grupo de guasaps del Seminario. Algo que no esperaba porque me sentí decepcionado por algunos extremos acaecidos en nuestras reuniones anuales que obvío aquí pero que he plasmado en esta bitacora. Larga es la cosa de explicar. Ángel San Vicente uno de nuestros presbíteros comenta en el chat que el seminario creó en nosotros un vínculo indeleble más allá de nuestras creencias políticas y de nuestro periplo vital. Ya somos setentones pero seguimos caminando por la vida impasible el ademán amando a esa Iglesia que tantas cosas buenas (dejemos a un lado las malas que corresponden a toda organización humana) nos enseñaba.

Podemos decir como Graham Green el autor inglés en parafrasis “England made me” pues igual “The Church made us” y si nos remontaramos a Mío Cid diríamos:

—Castilla fizo los homes e los desfizo

Es lo mismo. Aquí estamos. Llevamos dentro a un cura malogrado pero tal y conforme van los tiempos podrían resultar  porque nos aflige la España vacía y los seminarios vacíos que este humilde corresponsal trató de explicar adelantándose a los tiempos. Curiosamente estaba yo leyendo, cuando me telefoneó mi colega, pasajes de mi libro “Iste Confessor Seminario Vacío” y quedé maravillado por la acribia o exactitud de mis postulados. No tengo abuela pero esto ¿lo escribí yo? Ya no me acordaba. Lo digo como lo siento

Di con la clave pero nadie es profeta en su tierra. Tanto esfuerzo y trabajo como supuso redactar este denso libro que son las memorias de mi infancia quedaron en barbecho. Por ende, sobrevino para mí este desencanto o desafecto con mi pueblo. El Azoguejo fue el alma mater de la picaresca de los perailes, la patria del “Buscón” y nosotros somos unos pícaros a lo divino.

La vida nos moldeó así pues hubimos de vivir el cataclismo del gran cambio de nuestra sociedad.  Sin embargo, he de decir con Santa Teresa a la cual yo expliqué en mi otro libro “Teresa la judía conversa” que Dios escribe al derecho con letras tuertas.

Gracias, casto José, nos acogemos a la blanca vara de tu viril paternidad en estos tiempos donde reina la impudicia y el desacato a los valores por lo que nosotros luchamos y creíamos. Todo dio la vuelta.

Gracias Gaspar Herguedas, gracias Angel San Vicente, gracias Jaime Olmosmis hermanos mis amigos y que Dios perdone mis pecados “Gospodi achisti grieji nas” dicho sea de paso con palabras del canon de la misa de San Basilio.

 

  HEAUTONTIMOROUMENOS DE BAUDELAIRE AUTOFLAGELACIÓN   Vuelvo a Baudelaire, a las páginas de aquel libro de poemas con muchas marcas y subray...