AÑO NUEVO ESCUCHO LAS CAMPANAS DE SAN DANIEL
Primero de año estreno doce nuevos meses de vida. Arije se levantó
después del gran catarro que amargó su nochevieja. Escucharon villancicos en la
radiogramola y bailaron algo, salsa sobre todo que es la música que baila su
mujer orígenes cubanos. Arije se desposó con una Ceiba. Misa en el Vaticano
cantada en latín tan de su gusto. Vio al papa cojo. Le dio un poco de pena
aquel hombre. Cojea el padre Bergoglio y cojeamos todos pero ahí vamos. Tampoco
canta este pontífice. Lo que más le gusta dél es su devoción a la madona
inspiración jesuita. Al final del oficio se cantó ante el pesebre Alma redemptoris mater pero el portal no
estaba tan iluminado como otros años. Luego paseo por Reina Victoria y tuvo la
dicha de escuchar las campanas del Día de la Circuncisión llamando a la misa de
Analectoficación del Santo nombre de Jesús. El bronce del campanil decía (Arije
poseía un segundo sentido para traducir el lenguaje de las santas campanas que
son bautizadas y ungidas con el crisma de jueves santo) esto:
—Populum voco. Mortuos
prango. Vulnera frango[1] y aquella voz sonora del
viejo monasterio san Daniel uno de los
muchos monasterios del Cíngulo Dorado— el circulo de oro constituido por
torres, espadañas y muros sagrados o sacra menia que circundaban Madrid por la
parte norte y sur de Moncloa—le retrotrajo a aquellas maravillosas enseñanzas
que había aprendido sobre la liturgia romana en sus años de seminario. Tuvo el
convencimiento que la iglesia no son las encíclicas papales ni la doctrina con
moralina sino algo mucho más alto lo que eleva el corazón. Es la teología, las
súmulas tomistas y el gran acervo de
la tradición. En el monasterio de san Daniel escuchaba la misa de cazadores el
rey Enrique IV al alba antes de recorrer los montes del Pardo a la caza de
jabalíes y en su sacristía al pobre rey segoviano lo envenenó un monje por
mandato de Palencia cuando regresaba del monte sediento y sudoroso. Diole al
monarca a probar una pócima de hierbas con mezclas aromáticas y gaseosa. El
tañido de aquel modesto campanario hoy convento de monjas le llenó de paz. Las
aves huían asustadas por el cielo de Reina Victoria, las palomas buscaban
refugio en las helgaduras de las tapias. En el Islam no hay campanas. Al moro
el sonar de la campana le asusta pero Arije se sintió ampliamente gratificado
en su catolicismo, un catolicismo ferviente que renacía en él cuando la Iglesia
estaba hecha unos zorros demasiados obispos tocineros y comentarios desaboridos
de una cigüeña que crascitaba inconveniencias en la torre de una iglesia
profanada.
Liturgia es el culto publico a Jesucristo lo había aprendido él
cuando era adolescente y no podía desquitarse de esa idea. Tal vez por tozudez
o por prejuicios. Arije era tozudo y no precisamente uno de esos que cambian
con facilidad de chaqueta. A Dios le gustan los cantos de alabanzas y esta idea
viene del antiguo Testamento. En la liturgia converge Cristo con Sión y la cosa
no tiene vuelta de hoja. Todo este entramado es expiación, oración, acción de
gracias, adoración sacrificial y canto de alabanza. ahora lo pretenden
destrincar los adoradores de Satán.
La iglesia es una y múltiple. Posee la gran riqueza de la
diversidad de cultos en su capacidad de católica o universal, apostólica pues
proviene de los apóstoles. Está fraguada en símbolos que por desgracia ignoran
muchos de los fieles que participan en los cultos (santa ignorancia) pero es
menester entender las ceremonias y rubricas de los diversos cultos rituales. En
la iglesia occidental existen varios ritos distintas fórmulas de adoración: el
galicano francés, el medulano de la iglesia de san Ambrosio de Milán el
bizantino griego y muzárabe-visigótico
que aun se celebra en la primada de Toledo A Arije el rito muzárabe era el que
más le inspiraba por su españolidad y sus adherencias al bizantino. En él
abundan preces y letanías — hesicasmo o repetición de una frase pronunciada por
Jesucristo o de los Evangelios como los kiries que impetran la piedad del
altísimo—. En mi opinión las lenguas vernáculas han roto por una parte con la
tradición y por otra vacían el sentido en que el verbo divino habló en el
monte. Por ejemplo en el ultimo evangelio han traducido et tenebrae eam non comprehenderunt
por no le entendieron cuando en realidad semánticamente lo que significa es que
la luz fulge y las tinieblas no apagaron esta luz que vino de Oriente. Los
motetes, los himnos eucarísticos, las secuencias forma parte de un fenómeno
privativo del cristianismo: la filocalía o amor a lo bello del que carecen los
otros credos. Es el Cristus Musicus
que se entroniza a través de las musicales notas en el pantocrátor. Además, las
vernáculas han despojado a la iglesia de su universalidad ingénita. Arije no
podía por menos de vapulear las enseñanzas del Vaticano II. El creyente tiene
la obligación de estudiar su fe y de iniciarse en lenguas que le son ajenas
como el latín o el griego o el hebreo como hacen los talmudistas que estudian
constantemente la palabra de Dios. Rito de iniciación. Hay muchas cosas que no
se entienden sino a través del legado de la fe. Y estos misterios nos vienen de
los ritos órficos de donde arranca en parte la liturgia romana que quiere quiso
cristianizar el paganismo y en la vida todo es liturgia y rito, fulgor,
normativa y regla, cauce de convivencia, lo que diferencia al ser humano de los
animales irracionales. Los símbolos nos cercan a Dios. El pez, la paloma iztios, axios el crismón el anagrama que llevaban los legionarios
cristianos en tiempos del emperador Valerio. Los que atacan a la iglesia por
esa milonga de los abusos sexuales que siempre los hubo y los habrá desconocen
esta categoría primordial de nuestra religión. Reducir el depósito de nuestra
fe a los pecados de la concupiscencia humana es una aberración. La liturgia
católica tiene estirpe teatral. Conviene recordar que el teatro nació en los
atrios de los templos cristianos. Autos de navidad y de pasión: Shakespeare,
Calderón, Lope, Tirso y luego la riqueza estatuaria de los ábsides capiteles y
cimacios románicos con la representación de las sibilas, el infierno, los
martirios, las misericordias del coro donde quedaron labrados algunas
advertencias donde colocan sus posaderas los canónigos sobre la presencia del
maligno den el mundo al cual la Iglesia trata de combatir. Es el zlo
de los ortodoxos rusos. Teatro, culto a la belleza, pugna perpetua
contra el mal, las bajas pasiones y los instintos que hacen desgraciada a la
condición humana.
Arije después de estas consideraciones y halagado por la presencia
viva del Cristus musicus se Analectoguó y entró reverente en el pórtico de la
iglesia de san Daniel. Las campanas seguían propalando su melodía a la ciudad
de Madrid anunciando orbi et orbi la Circuncisión del Salvador. Año Nuevo buen
día del Señor.
Bajé la cuesta, era tan empinada que con frecuencia el tranvía se
atascaba por no poder con tanta gente, los estudiantes se bajaban y a empujar.
En una esquina la casa chalet de Sebastián Miranda que velaba las armas cara al
sol y los aires de la universitaria. A izquierda de la bajada se abrían las
bancadas del Estadio Metropolitano y todavía el viento de la sierra del
recuerdo traía y llevaba los sones de aclamación cuando Collar desde la extrema
izquierda marcaba Gooool, el grito de júbilo resonaba por toda la Ciudad
Universitaria, aquellas tardes de domingo, partido, cine y tasca. Aupa Atleti.
Gumersindo Manahén Arije, colchonero de toda la vida. El campo había sido
derruido, bloques de pisos, y allí tuvo él su oficina, archivos y papeles,
estanterías de libros. Fue cuando se digitalizó la administración y todas las
semanas un camión del ministerio se llevaba mesas y máquinas de escribir. El
ordenador dueño y señor del campo administraba la Cuerpa que ya no quería
archivar nada porque todo lo antiguo no valdría para nada. Toneladas de
revistas y libros de una época fueron a parar a la basura. Arije desde su
ventanal trataba de adaptarse a las nuevas tecnologías del Word y del M-2. La
caída del Muro de Berlín se llevó por la posta tanto trabajo de la imaginación.
Era una manera de acogotar al fascismo. ZP se sacó de la chispera la infamia de
la memoria histórica, otra vez la guerra cuando nos creíamos todos
reconciliados. Él para contradecir al patán llevaba en la cartera una foto del
Fuhrer que trajo su padre superviviente de la batalla de Stalingrado, rezaba
padrenuestros y trató de aprender alemán. Zum befell y Heil Siegel pero todo
cuanto quiso aprender se lo desbarató Cerrolaza un jesuita enemigo de los nazis
que dirigía el Departmento de Germanistica de la Central. Por el ventanal de la
Biblioteca penetraba un sol cansino y el eco del recuerdo de los goles que
marcaba Luis el Zapatones los regateos de Collar y las palomitas de Pazos en la
portería. Fue un tiempo de espera y de esperanza. El clínico albergaba muchos
secretos de su pasión por España. Desde allí los muertos le hablaban unos se le
aparecían con una pierna de menos otros tuertos y a muchos les habían pegado un
tiro en la garganta pero podían cantar. Sus conocimientos de lo ultrasensible
le deparaban al bibliotecario aquellas experiencias. Cuando se ponían pesados
los muertos vivientes subía cuesta de Reina Victoria arriba a ver a la Abamita
o se daba un homenaje de cocidito madrileño con dos botellas de vino en el
Tera. A los postres besaba el retrato del Ferrer que llevaba en la cartera. Ah
si tú me dices ven lo dejo todo.
El bulevar en rampa de Reina Victoria cambió de nombre. Daría luego
en llamarse Roca Tarpeya de Salamanca. Ya se sabe lo que naturaleza no da no te
lo presta Salamanca. Cuestión de másteres. Los másteres de Perico el de los
Palotes que quiso ser presidente, sentarse de culo en Moncloa alto paramentos
aunque haciendo trampa. Los tiempos de Donald Trump fueron una trampa cuando
sonó la trompa de Eustaquio por la Casa Blanca. Escogió el camino corto: afiliarse a la CIA y sus socios lo
respaldaron. Antes le dieron la consigna que los generales de las divisiones
acorazadas dan a los tanquistas: destruir y derruir, machacar, mentir,
profanar, derribar escupir contra lo más sagrado.
─Perico, tú machaca todo lo que se ponga delante de la torre de tu
tanqueta. Acaba con los Españoles sin piedad, límpiate los mocos con la bandera
de España y luego los trapos que te sobren los trae para acá.
─Yes, Sir
Y allá que se fue el obediente Pedrito cargado con sus masteres,
arrastrando las chuletas de las páginas que copió con su cara de guapo. El
enemigo no tenía que embarcarse en un nuevo Vietnam los gringos son algo
gallinas en cuanto empiezan a llegar féretros de soldados abatidos por el fuego
del Vietcong. Bastaba un caballo de Troya para tal operación y darle el
gobierno. Por la avenida bajaba la manada. Gora san Fermín.
Todos los días en Madrid es
San Fermín y violan a una como en Pamplona esos putos sevillanos de la infame
Manada recua mogote y brazada de depredadores sexuales siendo el más conspicuo
uno que llamaban el prenda el más aguerrido el más picha brava el que la tenía
más larga una verdadera garduña de Sevilla. Cogieron a una pobre chica que
venía de los toros de San Fermín la bajaron las bragas y allá en un portal
mismo y haciendo un standing up se la
pasaron por las armas coito en cuadrilla, hubo un juicio y salió un rábula en
defensa de los fementidos y dijo:
─Señorías, toda vez que la muchacha dijo no pero un no es siempre
sí en estos casos no se puede demostrar el estupro.
Hubo en el país una verdadera conmoción. Las Fem se lanzaron a la
calle indignadas al amparo de la consigna: “un no es no y un sí es sí”. Cercaron
la audiencia y tiraban los sostenes a los magistrados se quitaban las bragas y
se las tiraban a los magistrados a los hocicos. A todo esto las reinas de las
mañanas tuvieron afrecho de su duerno mediático durante muchos días y las
anarosas y las susanasgrisos no paraban de darle al chisme de la propaganda.
Los fulanos de la Manada se creyeron los reyes del mambo de la publicidad. Esto
formaba parte del plan conspiratorio y la Manada se convirtió en efecto
llamada, en algo viral que atraía cual imán a las redes.. Todos los días se
mataba a una o se violaba y las anasgrisos y las susanasrosas con ello,
relamidas de gusto, daban suelta al morbo en comidilla televisiva junto a la
mesa camilla uy que horror nunca lo tuvieron tan a huevo en su programa de
fornicar sin concebir. Entró la vicepresidenta al trapo en defensa de las
mujeres pero la defensa de la ministra era todo un arrogante ataque a la mujer.
Desdén en desguisa bajo su política de construir la imagen de mujer objeto
separada de su función primordial que es la maternidad y la familia. Arije
conmovido y enternecido por aquel zurriburri oyó a uno que bajaba la cuesta
pañuelo rojo al cuello y calzón blanco que gritaba:
─Señora ministra, su señoría tiene un culo muy prestoso y
redondito. Habría que ponerla mirando para el Cristo los faroles para pasar la
tarde.
El mozo de san Fermín bajaba por la Calle la estafeta algo borracho
uno de los bueyes duendos que escotaba a la manada le colgó por los inhiestos
de un de sus cuernos mortales dejándole con el culo al aire. Debajo de los
calzoncillos ponía este epígrafe: “qué terrible lugar es este”. Pero se rehízo
del varapalo y salió corriendo a no parar hasta llegar la Cuesta las Perdices.
España era una roca Tarpeya un derrumbadero feminista/ separatista con los de
la Cope los curas la Iglesia, el rey la reina, los alguacilillos actuando de
convidados de piedra. Estábamos en plena campaña de alianza de civilizaciones,
de augustas ceremonias, televisadas, palabras sin sentido. A la mesa se
sentaban muchos capigorrones. Unos se creían superman y otros se escondían
aburridos sin hablar en un esconce pero masticándose las tajadas otorgadas por
el poder. Tú échame pan y llámame perro. Las estudiantes de Farmacia se
asomaban a las ventanas de los colegios mayores en cueros y de esta guisa
contemplaban el encierro. Arije se sentó en el primer peldaño del colegio mayor
José Antonio, ─muchas memorias de su paso por las aulas en la juventud─, un
edificio que tenía factura herreriana y recordaba a la gran mole escurialense
para dejar pasar la procesión y contar las nubes. El Prenda se la cascaba mientras se
columpiaba en el árbol de la risa, se desgajó una rama, vino al suelo y se
conoce que con el golpe se le rompieron algunos conductos venéreos y quedó
castrado sin remisión, útil para servicios auxiliares. Algunos no escarmientan
y se pasan de listos o de guarros
Era la hora de consultas en el clínico y los tranvías venían
atestados de hombres y mujeres que acudían a ver qué tal andaban sus parientes
hospitalizados. Sobre los setos de madera de boj que circunvalaba al gran
caserón de la muerte en cuyas salas se peleó con tanto denuedo en la guerra
civil, pasaba lista la Pelona hora sí hora no y la morgue no daba abasto para
aguantar la lista de los fallecidos en la capital. En Madrid no quedaba un
viejo. La pica es la reina de las armas, es la fuerza de la escuadra
veinticinco palmos para herir sin ser herido. La Pelona no cesaba de ahincar
banderolas sobre los setos del Clínico. La muerte siempre va por delante
ganándonos la partida. Picas en Flandes, lista de óbitos ayer en Madrid. Todos
acabamos en la trena, en el manicomio o en la casa socorro. Y todo en la vida
es cárcel: la espina es cárcel de la rosa, la playa es cárcel del mar y el
trigo es cárcel del pan. Peto, espaldearas, escarcela, fálcate, brazales,
manoplas celadas, caldas y corazas son un buen escudo del alabardero pero toda
la infantería perece cuando la Pelona se empeña. Porque contra ella no caben
maulas. Pese a todo tenemos la obligación de ser dueños de nosotros mismos.
Arije contaba las nubes mientras con el rabillo del ojo seguía a la turba de
los violadores en cuadrilla que se perdieron de vista en un recodo de la plaza
de Pio XII. Anarosa se puso en jarras delante del portal, pidiendo lo suyo:
▬ Quiero más. Dame más
▬¿No tuviste bastante? Pues vale ya.
▬Chavala, tú eres insaciable.
▬Give me more. Give me more.
I want it now.
▬Otro toro que este no vale. Pase el siguiente
Y esta era la lúbrica historia de los violadores en cuadrilla que
jaleaban las prensas nacionales sin ningún pudor.
Él pensaba en Etsi aquella novia que tuco y le hacía el amor en el
600 sin llegar a más. Tonto que fui, pensaba para sus adentros, con las mujeres
no valen medias tintas.
El arcabuz fue el arma más letal hasta que se inventó la bomba
atómica fulminante y esparce un hongo de muerte al estallar. Carlos V el
emperador se lamentaba maldita la hora que a un chino se le ocurrió descubrir
la pólvora. El salitre, el azufre, el carbón y la mecha cargan de muerte a
cualquier artefacto. Picos, palos y azadones. Suban todos a cobrar que llegó el
administrador. El personal hacía cola ante los cajeros automáticos. Ya no había
que acudir al banco para pasarse por caja. Bastaba con apretar un botón. ¡Qué
cosas inventa el hombre blanco! Desde el año 89 todo ha cambiado para bien y
para mal. El mundo es distinto así en Ciudad de Méjico la más populosa del
globo como en Becerril de Campos donde no porta en invierno un alma. ¿El nuevo
terror del milenario?
II
LUNA DE ENERO
Lunas fuertes de enero cuando las gatas tienen celo y en las
radiantes noches los árboles desnudos tiemblan bajo la helada. Había pasado las
navidades en su tabuco acariciando sus recuerdos circundado de libros y de
papeles. Le vino bien a su salud el ayuno pascual. Asistió a la misa de gallo
por Internet que celebró el patriarca Cirilo de Todas las Rusias el adalid que
luchaba contra las fuerzas oscuras. Aquella orgía de voces angelicales,
iconostasios de marfil el Pantocrátor en lo alto de la cúpula, casullas
recamadas y el diacono que cantaba:
— Xristós rasdaets piite i
pklanite yevó (Cristo ha nacido venid en adoración)
La catedral de la Epifanía estaba inundado de caras guapas hermosas
rusas con velo blanco viejos creyentes y niños que recitaban los compases del
Credo y del paternóster en eslavónico todos se habían la letra y sabían lo que
pronunciaban aguantando de pie las dos horas que duró el oficio. Liturgia
triunfal que se refería a un mundo de belleza y de redención el ceremonial rico
y antiguo que se cumplía a rajatabla a las ordenes del presbítero puntero que
iba señalando a los oficiantes los pasajes de las lecciones y de los himnos que
habían de entonarse. Sintió Arije que Bizancio tenía la clave del legado
evangélico y todo un contraste con las catequesis perroneras, los lugares
comunes e incluso las herejías que pronunciaba ex cátedra desde Roma el
Impostor. Y todo un contraste con la vida de aquellos días en España:
atropellos de violadores en cuadrilla. Llegó la manada. En Andalucía pastos y
cabildeos. La hora del consenso y de la rendición. Tres putas se desnudaron en
la Plaza de San Pedro y aparecieron en los posts metiéndose un crucifijo por
donde amargan los pepinos. Tiempos de profanación y desolación. Ierusalem
desolada est que cantó Jeremías. La Bestia utiliza a la serpiente disfrazada de
mujer. Pigtail profería sus blasfemias de siempre faroleaba, quería ponerse
medalla:
▬ Los feministas follamos
más y mejor que los de la ultraderecha,
La palabra ultraderecha y fascista no se le caía de los labios a
los de You can que se sentían amedrentados e impotentes ante Vox un movimiento
que arrasaba. Mucho presumir de potencia sexual y seguro de que el miembro no
se les ponía erecto para cubrir a las cabras locas del Contubernio Fem.
Arije no tenía que ver con la ultraderecha. Era un anarquista, un
rebelde como lo fue Jesucristo contra el Sanedrín y se sentía satisfecho
consigo mismo por haber dado testimonio pero sus días los pasaba oculto en su
esconce y las noches las pasaba en blanco a causa del dolor de España que lo
afligía. Después de salir de la cárcel por haber asesinado a la funcionaria
roja (fue una lacra en su vida pero tenía demasiado temperamento) se refugio en
el sotabanco de Majadahonda. Le había quedado una pequeña pensión, podía pagar
la pensión el resto lo gastaba en tabaco y en libros en la cuesta Moyano. Nada
sabía de su familia. Etsi había venido a verle dos veces a la cárcel pero desde
el año 92 no volvió a saber de ella. Asumía que había encontrado pareja.
Aquella mañana amaneció radiante. Los niños de Madrid había sacado
a la calle sus camionetas, sus hombres araña y las muñecas que les trajeron los
Reyes Magos. La Epifanía era una noche mágica. Ponía fin al misterio de las
Doce Noches y Saturno dejaba de gobernar el mundo. Durante este intervalo
ocurrían bajo el imperio del dios oscuro así conocían a Saturno los romanos y
para aplacarlo celebraban las saturnales. Las doce noches venían marcadas por
la tragedia de trifulcas en el hogar, asesinatos, borracheras, eclipses, pues
el sol se ocultaba y no quería alumbrar la Tierra, terremotos e inundaciones.
Ero era sobre todo la melancolía que sentía el hombre ante el tiempo que pasa y
la vida que se va. Este espíritu pagano había renacido en las sociedades antes
llamadas cristianas. Había que ponerle a los pascueros y a papá Noel que se
deslizaba por toda la Europa nevada en su trineo buena cara. Ho. Ho. Ho.
Pese a sus dolamas tanto espirituales como corporales se sentía
contento. Había llegado la hora de romper el ayuno. Se fue a comer al Julifer.
Allí todo seguía igual que hacía diez años. El Analectos en la barra y la Abamita
en su chiscón la cual al verle llegar le hizo esta salutación:
—Coño, yo creía que te habías muerto.
No supo qué decir ante tal insolencia. Pidió lentejas, gachopo y
una botella de vino. De postre arroz con leche y un chispacito de coñac.
Había tres o cuatro individuos en la barra discutiendo acaloradamente
sobre la derrota del Madrid ante el Alavés. Nadie hablaba de política. Abandonó
el local satisfecho y por aquel dicho de que de la panza sale la danza recuperó
su buen humor pero ya en el autobús camino de casa empezó a sentirse mal. Le
daban arcadas pero no podía vomitar. Se le puso cara de luna de enero.
En la parada final se acurrucó en un banco.
— ¿Se encuentra usted mal, señor?
—Si llamen a una ambulancia. Me muero.
Llegó una ambulancia y Arije fue conducido de inmediato a
urgencias. Allí perdió la consciencia. Cuando despertó estaba en el quirófano
de Puerta de Hierro rodeado de tubos de mascarillas y de electrodos, enchufado
a una maquina todo su cuerpo. La medico una muchacha joven se acercó:
— ¿Qué comió usted hoy?
—Lentejas y cachopo, algo de vino y un poco de aguardiente.
— ¿Dónde?
—En un bar regentado por amigos míos
—Señor, pues en las lentejas le colaron belladona ¿No se dio
cuenta? Es un veneno que puede causar la muerte pero al parecer es usted hombre
de complexión fuerte.
—No. Las lentejas estaban buenísimas.
—Le hemos hecho un lavado de estomago. Creo que se recuperará. No
obstante, quedarán secuelas.
Arije no maldijo a los que le quisieron envenenar. Lo aceptó como
castigo por sus pecados y un aviso del cielo para no volver a pisar nunca un
chigre, tabernas, una fonda sin homologar. Dios le había salvado de las garras
de Erifos y de la Leo. Otra vez la Divina Misericordia estuvo de su parte.
Aunque tampoco hay que fiarse de las fuertes lunas de enero cuando las gatas
entran en celo.
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