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jueves, 16 de enero de 2020

lunas de enero


AÑO NUEVO ESCUCHO LAS CAMPANAS DE SAN DANIEL

Primero de año estreno doce nuevos meses de vida. Arije se levantó después del gran catarro que amargó su nochevieja. Escucharon villancicos en la radiogramola y bailaron algo, salsa sobre todo que es la música que baila su mujer orígenes cubanos. Arije se desposó con una Ceiba. Misa en el Vaticano cantada en latín tan de su gusto. Vio al papa cojo. Le dio un poco de pena aquel hombre. Cojea el padre Bergoglio y cojeamos todos pero ahí vamos. Tampoco canta este pontífice. Lo que más le gusta dél es su devoción a la madona inspiración jesuita. Al final del oficio se cantó ante el pesebre Alma redemptoris mater pero el portal no estaba tan iluminado como otros años. Luego paseo por Reina Victoria y tuvo la dicha de escuchar las campanas del Día de la Circuncisión llamando a la misa de Analectoficación del Santo nombre de Jesús. El bronce del campanil decía (Arije poseía un segundo sentido para traducir el lenguaje de las santas campanas que son bautizadas y ungidas con el crisma de jueves santo) esto:
Populum voco. Mortuos prango. Vulnera frango[1] y aquella voz sonora del viejo monasterio  san Daniel uno de los muchos monasterios del Cíngulo Dorado— el circulo de oro constituido por torres, espadañas y muros sagrados o sacra menia que circundaban Madrid por la parte norte y sur de Moncloa—le retrotrajo a aquellas maravillosas enseñanzas que había aprendido sobre la liturgia romana en sus años de seminario. Tuvo el convencimiento que la iglesia no son las encíclicas papales ni la doctrina con moralina sino algo mucho más alto lo que eleva el corazón. Es la teología, las súmulas tomistas y el gran acervo de la tradición. En el monasterio de san Daniel escuchaba la misa de cazadores el rey Enrique IV al alba antes de recorrer los montes del Pardo a la caza de jabalíes y en su sacristía al pobre rey segoviano lo envenenó un monje por mandato de Palencia cuando regresaba del monte sediento y sudoroso. Diole al monarca a probar una pócima de hierbas con mezclas aromáticas y gaseosa. El tañido de aquel modesto campanario hoy convento de monjas le llenó de paz. Las aves huían asustadas por el cielo de Reina Victoria, las palomas buscaban refugio en las helgaduras de las tapias. En el Islam no hay campanas. Al moro el sonar de la campana le asusta pero Arije se sintió ampliamente gratificado en su catolicismo, un catolicismo ferviente que renacía en él cuando la Iglesia estaba hecha unos zorros demasiados obispos tocineros y comentarios desaboridos de una cigüeña que crascitaba inconveniencias en la torre de una iglesia profanada.
Liturgia es el culto publico a Jesucristo lo había aprendido él cuando era adolescente y no podía desquitarse de esa idea. Tal vez por tozudez o por prejuicios. Arije era tozudo y no precisamente uno de esos que cambian con facilidad de chaqueta. A Dios le gustan los cantos de alabanzas y esta idea viene del antiguo Testamento. En la liturgia converge Cristo con Sión y la cosa no tiene vuelta de hoja. Todo este entramado es expiación, oración, acción de gracias, adoración sacrificial y canto de alabanza. ahora lo pretenden destrincar los adoradores de Satán.
La iglesia es una y múltiple. Posee la gran riqueza de la diversidad de cultos en su capacidad de católica o universal, apostólica pues proviene de los apóstoles. Está fraguada en símbolos que por desgracia ignoran muchos de los fieles que participan en los cultos (santa ignorancia) pero es menester entender las ceremonias y rubricas de los diversos cultos rituales. En la iglesia occidental existen varios ritos distintas fórmulas de adoración: el galicano francés, el medulano de la iglesia de san Ambrosio de Milán el bizantino griego y  muzárabe-visigótico que aun se celebra en la primada de Toledo A Arije el rito muzárabe era el que más le inspiraba por su españolidad y sus adherencias al bizantino. En él abundan preces y letanías — hesicasmo o repetición de una frase pronunciada por Jesucristo o de los Evangelios como los kiries que impetran la piedad del altísimo—. En mi opinión las lenguas vernáculas han roto por una parte con la tradición y por otra vacían el sentido en que el verbo divino habló en el monte. Por ejemplo en el ultimo evangelio han traducido et tenebrae eam non comprehenderunt por no le entendieron cuando en realidad semánticamente lo que significa es que la luz fulge y las tinieblas no apagaron esta luz que vino de Oriente. Los motetes, los himnos eucarísticos, las secuencias forma parte de un fenómeno privativo del cristianismo: la filocalía o amor a lo bello del que carecen los otros credos. Es el Cristus Musicus que se entroniza a través de las musicales notas en el pantocrátor. Además, las vernáculas han despojado a la iglesia de su universalidad ingénita. Arije no podía por menos de vapulear las enseñanzas del Vaticano II. El creyente tiene la obligación de estudiar su fe y de iniciarse en lenguas que le son ajenas como el latín o el griego o el hebreo como hacen los talmudistas que estudian constantemente la palabra de Dios. Rito de iniciación. Hay muchas cosas que no se entienden sino a través del legado de la fe. Y estos misterios nos vienen de los ritos órficos de donde arranca en parte la liturgia romana que quiere quiso cristianizar el paganismo y en la vida todo es liturgia y rito, fulgor, normativa y regla, cauce de convivencia, lo que diferencia al ser humano de los animales irracionales. Los símbolos nos cercan a Dios. El pez, la paloma iztios, axios el crismón el anagrama que llevaban los legionarios cristianos en tiempos del emperador Valerio. Los que atacan a la iglesia por esa milonga de los abusos sexuales que siempre los hubo y los habrá desconocen esta categoría primordial de nuestra religión. Reducir el depósito de nuestra fe a los pecados de la concupiscencia humana es una aberración. La liturgia católica tiene estirpe teatral. Conviene recordar que el teatro nació en los atrios de los templos cristianos. Autos de navidad y de pasión: Shakespeare, Calderón, Lope, Tirso y luego la riqueza estatuaria de los ábsides capiteles y cimacios románicos con la representación de las sibilas, el infierno, los martirios, las misericordias del coro donde quedaron labrados algunas advertencias donde colocan sus posaderas los canónigos sobre la presencia del maligno den el mundo al cual la Iglesia trata de combatir. Es el zlo  de los ortodoxos rusos. Teatro, culto a la belleza, pugna perpetua contra el mal, las bajas pasiones y los instintos que hacen desgraciada a la condición humana.
Arije después de estas consideraciones y halagado por la presencia viva del Cristus musicus se Analectoguó y entró reverente en el pórtico de la iglesia de san Daniel. Las campanas seguían propalando su melodía a la ciudad de Madrid anunciando orbi et orbi la Circuncisión del Salvador. Año Nuevo buen día del Señor.

Bajé la cuesta, era tan empinada que con frecuencia el tranvía se atascaba por no poder con tanta gente, los estudiantes se bajaban y a empujar. En una esquina la casa chalet de Sebastián Miranda que velaba las armas cara al sol y los aires de la universitaria. A izquierda de la bajada se abrían las bancadas del Estadio Metropolitano y todavía el viento de la sierra del recuerdo traía y llevaba los sones de aclamación cuando Collar desde la extrema izquierda marcaba Gooool, el grito de júbilo resonaba por toda la Ciudad Universitaria, aquellas tardes de domingo, partido, cine y tasca. Aupa Atleti. Gumersindo Manahén Arije, colchonero de toda la vida. El campo había sido derruido, bloques de pisos, y allí tuvo él su oficina, archivos y papeles, estanterías de libros. Fue cuando se digitalizó la administración y todas las semanas un camión del ministerio se llevaba mesas y máquinas de escribir. El ordenador dueño y señor del campo administraba la Cuerpa que ya no quería archivar nada porque todo lo antiguo no valdría para nada. Toneladas de revistas y libros de una época fueron a parar a la basura. Arije desde su ventanal trataba de adaptarse a las nuevas tecnologías del Word y del M-2. La caída del Muro de Berlín se llevó por la posta tanto trabajo de la imaginación. Era una manera de acogotar al fascismo. ZP se sacó de la chispera la infamia de la memoria histórica, otra vez la guerra cuando nos creíamos todos reconciliados. Él para contradecir al patán llevaba en la cartera una foto del Fuhrer que trajo su padre superviviente de la batalla de Stalingrado, rezaba padrenuestros y trató de aprender alemán. Zum befell y Heil Siegel pero todo cuanto quiso aprender se lo desbarató Cerrolaza un jesuita enemigo de los nazis que dirigía el Departmento de Germanistica de la Central. Por el ventanal de la Biblioteca penetraba un sol cansino y el eco del recuerdo de los goles que marcaba Luis el Zapatones los regateos de Collar y las palomitas de Pazos en la portería. Fue un tiempo de espera y de esperanza. El clínico albergaba muchos secretos de su pasión por España. Desde allí los muertos le hablaban unos se le aparecían con una pierna de menos otros tuertos y a muchos les habían pegado un tiro en la garganta pero podían cantar. Sus conocimientos de lo ultrasensible le deparaban al bibliotecario aquellas experiencias. Cuando se ponían pesados los muertos vivientes subía cuesta de Reina Victoria arriba a ver a la Abamita o se daba un homenaje de cocidito madrileño con dos botellas de vino en el Tera. A los postres besaba el retrato del Ferrer que llevaba en la cartera. Ah si tú me dices ven lo dejo todo.


El bulevar en rampa de Reina Victoria cambió de nombre. Daría luego en llamarse Roca Tarpeya de Salamanca. Ya se sabe lo que naturaleza no da no te lo presta Salamanca. Cuestión de másteres. Los másteres de Perico el de los Palotes que quiso ser presidente, sentarse de culo en Moncloa alto paramentos aunque haciendo trampa. Los tiempos de Donald Trump fueron una trampa cuando sonó la trompa de Eustaquio por la Casa Blanca. Escogió el camino  corto: afiliarse a la CIA y sus socios lo respaldaron. Antes le dieron la consigna que los generales de las divisiones acorazadas dan a los tanquistas: destruir y derruir, machacar, mentir, profanar, derribar escupir contra lo más sagrado.
─Perico, tú machaca todo lo que se ponga delante de la torre de tu tanqueta. Acaba con los Españoles sin piedad, límpiate los mocos con la bandera de España y luego los trapos que te sobren los trae para acá.
─Yes, Sir
Y allá que se fue el obediente Pedrito cargado con sus masteres, arrastrando las chuletas de las páginas que copió con su cara de guapo. El enemigo no tenía que embarcarse en un nuevo Vietnam los gringos son algo gallinas en cuanto empiezan a llegar féretros de soldados abatidos por el fuego del Vietcong. Bastaba un caballo de Troya para tal operación y darle el gobierno. Por la avenida bajaba la manada. Gora san Fermín.
 Todos los días en Madrid es San Fermín y violan a una como en Pamplona esos putos sevillanos de la infame Manada recua mogote y brazada de depredadores sexuales siendo el más conspicuo uno que llamaban el prenda el más aguerrido el más picha brava el que la tenía más larga una verdadera garduña de Sevilla. Cogieron a una pobre chica que venía de los toros de San Fermín la bajaron las bragas y allá en un portal mismo y haciendo un standing up se la pasaron por las armas coito en cuadrilla, hubo un juicio y salió un rábula en defensa de los fementidos y dijo:
─Señorías, toda vez que la muchacha dijo no pero un no es siempre sí en estos casos no se puede demostrar el estupro.
Hubo en el país una verdadera conmoción. Las Fem se lanzaron a la calle indignadas al amparo de la consigna: “un no es no y un sí es sí”. Cercaron la audiencia y tiraban los sostenes a los magistrados se quitaban las bragas y se las tiraban a los magistrados a los hocicos. A todo esto las reinas de las mañanas tuvieron afrecho de su duerno mediático durante muchos días y las anarosas y las susanasgrisos no paraban de darle al chisme de la propaganda. Los fulanos de la Manada se creyeron los reyes del mambo de la publicidad. Esto formaba parte del plan conspiratorio y la Manada se convirtió en efecto llamada, en algo viral que atraía cual imán a las redes.. Todos los días se mataba a una o se violaba y las anasgrisos y las susanasrosas con ello, relamidas de gusto, daban suelta al morbo en comidilla televisiva junto a la mesa camilla uy que horror nunca lo tuvieron tan a huevo en su programa de fornicar sin concebir. Entró la vicepresidenta al trapo en defensa de las mujeres pero la defensa de la ministra era todo un arrogante ataque a la mujer. Desdén en desguisa bajo su política de construir la imagen de mujer objeto separada de su función primordial que es la maternidad y la familia. Arije conmovido y enternecido por aquel zurriburri oyó a uno que bajaba la cuesta pañuelo rojo al cuello y calzón blanco que gritaba:
─Señora ministra, su señoría tiene un culo muy prestoso y redondito. Habría que ponerla mirando para el Cristo los faroles para pasar la tarde.
El mozo de san Fermín bajaba por la Calle la estafeta algo borracho uno de los bueyes duendos que escotaba a la manada le colgó por los inhiestos de un de sus cuernos mortales dejándole con el culo al aire. Debajo de los calzoncillos ponía este epígrafe: “qué terrible lugar es este”. Pero se rehízo del varapalo y salió corriendo a no parar hasta llegar la Cuesta las Perdices. España era una roca Tarpeya un derrumbadero feminista/ separatista con los de la Cope los curas la Iglesia, el rey la reina, los alguacilillos actuando de convidados de piedra. Estábamos en plena campaña de alianza de civilizaciones, de augustas ceremonias, televisadas, palabras sin sentido. A la mesa se sentaban muchos capigorrones. Unos se creían superman y otros se escondían aburridos sin hablar en un esconce pero masticándose las tajadas otorgadas por el poder. Tú échame pan y llámame perro. Las estudiantes de Farmacia se asomaban a las ventanas de los colegios mayores en cueros y de esta guisa contemplaban el encierro. Arije se sentó en el primer peldaño del colegio mayor José Antonio, ─muchas memorias de su paso por las aulas en la juventud─, un edificio que tenía factura herreriana y recordaba a la gran mole escurialense para dejar pasar la procesión y contar las nubes.  El Prenda se la cascaba mientras se columpiaba en el árbol de la risa, se desgajó una rama, vino al suelo y se conoce que con el golpe se le rompieron algunos conductos venéreos y quedó castrado sin remisión, útil para servicios auxiliares. Algunos no escarmientan y se pasan de listos o de guarros
Era la hora de consultas en el clínico y los tranvías venían atestados de hombres y mujeres que acudían a ver qué tal andaban sus parientes hospitalizados. Sobre los setos de madera de boj que circunvalaba al gran caserón de la muerte en cuyas salas se peleó con tanto denuedo en la guerra civil, pasaba lista la Pelona hora sí hora no y la morgue no daba abasto para aguantar la lista de los fallecidos en la capital. En Madrid no quedaba un viejo. La pica es la reina de las armas, es la fuerza de la escuadra veinticinco palmos para herir sin ser herido. La Pelona no cesaba de ahincar banderolas sobre los setos del Clínico. La muerte siempre va por delante ganándonos la partida. Picas en Flandes, lista de óbitos ayer en Madrid. Todos acabamos en la trena, en el manicomio o en la casa socorro. Y todo en la vida es cárcel: la espina es cárcel de la rosa, la playa es cárcel del mar y el trigo es cárcel del pan. Peto, espaldearas, escarcela, fálcate, brazales, manoplas celadas, caldas y corazas son un buen escudo del alabardero pero toda la infantería perece cuando la Pelona se empeña. Porque contra ella no caben maulas. Pese a todo tenemos la obligación de ser dueños de nosotros mismos. Arije contaba las nubes mientras con el rabillo del ojo seguía a la turba de los violadores en cuadrilla que se perdieron de vista en un recodo de la plaza de Pio XII. Anarosa se puso en jarras delante del portal, pidiendo lo suyo:
▬ Quiero más. Dame más
▬¿No tuviste bastante? Pues vale ya.
▬Chavala, tú eres insaciable.
▬Give me more. Give me more. I want it now.
▬Otro toro que este no vale. Pase el siguiente
Y esta era la lúbrica historia de los violadores en cuadrilla que jaleaban las prensas nacionales sin ningún pudor.
Él pensaba en Etsi aquella novia que tuco y le hacía el amor en el 600 sin llegar a más. Tonto que fui, pensaba para sus adentros, con las mujeres no valen medias tintas.
El arcabuz fue el arma más letal hasta que se inventó la bomba atómica fulminante y esparce un hongo de muerte al estallar. Carlos V el emperador se lamentaba maldita la hora que a un chino se le ocurrió descubrir la pólvora. El salitre, el azufre, el carbón y la mecha cargan de muerte a cualquier artefacto. Picos, palos y azadones. Suban todos a cobrar que llegó el administrador. El personal hacía cola ante los cajeros automáticos. Ya no había que acudir al banco para pasarse por caja. Bastaba con apretar un botón. ¡Qué cosas inventa el hombre blanco! Desde el año 89 todo ha cambiado para bien y para mal. El mundo es distinto así en Ciudad de Méjico la más populosa del globo como en Becerril de Campos donde no porta en invierno un alma. ¿El nuevo terror del milenario?


II
LUNA DE ENERO

Lunas fuertes de enero cuando las gatas tienen celo y en las radiantes noches los árboles desnudos tiemblan bajo la helada. Había pasado las navidades en su tabuco acariciando sus recuerdos circundado de libros y de papeles. Le vino bien a su salud el ayuno pascual. Asistió a la misa de gallo por Internet que celebró el patriarca Cirilo de Todas las Rusias el adalid que luchaba contra las fuerzas oscuras. Aquella orgía de voces angelicales, iconostasios de marfil el Pantocrátor en lo alto de la cúpula, casullas recamadas y el diacono que cantaba:
Xristós rasdaets piite i pklanite yevó (Cristo ha nacido venid en adoración)
La catedral de la Epifanía estaba inundado de caras guapas hermosas rusas con velo blanco viejos creyentes y niños que recitaban los compases del Credo y del paternóster en eslavónico todos se habían la letra y sabían lo que pronunciaban aguantando de pie las dos horas que duró el oficio. Liturgia triunfal que se refería a un mundo de belleza y de redención el ceremonial rico y antiguo que se cumplía a rajatabla a las ordenes del presbítero puntero que iba señalando a los oficiantes los pasajes de las lecciones y de los himnos que habían de entonarse. Sintió Arije que Bizancio tenía la clave del legado evangélico y todo un contraste con las catequesis perroneras, los lugares comunes e incluso las herejías que pronunciaba ex cátedra desde Roma el Impostor. Y todo un contraste con la vida de aquellos días en España: atropellos de violadores en cuadrilla. Llegó la manada. En Andalucía pastos y cabildeos. La hora del consenso y de la rendición. Tres putas se desnudaron en la Plaza de San Pedro y aparecieron en los posts metiéndose un crucifijo por donde amargan los pepinos. Tiempos de profanación y desolación. Ierusalem desolada est que cantó Jeremías. La Bestia utiliza a la serpiente disfrazada de mujer. Pigtail profería sus blasfemias de siempre faroleaba, quería ponerse medalla:
 ▬ Los feministas follamos más y mejor que los de la ultraderecha,
La palabra ultraderecha y fascista no se le caía de los labios a los de You can que se sentían amedrentados e impotentes ante Vox un movimiento que arrasaba. Mucho presumir de potencia sexual y seguro de que el miembro no se les ponía erecto para cubrir a las cabras locas del Contubernio Fem.
Arije no tenía que ver con la ultraderecha. Era un anarquista, un rebelde como lo fue Jesucristo contra el Sanedrín y se sentía satisfecho consigo mismo por haber dado testimonio pero sus días los pasaba oculto en su esconce y las noches las pasaba en blanco a causa del dolor de España que lo afligía. Después de salir de la cárcel por haber asesinado a la funcionaria roja (fue una lacra en su vida pero tenía demasiado temperamento) se refugio en el sotabanco de Majadahonda. Le había quedado una pequeña pensión, podía pagar la pensión el resto lo gastaba en tabaco y en libros en la cuesta Moyano. Nada sabía de su familia. Etsi había venido a verle dos veces a la cárcel pero desde el año 92 no volvió a saber de ella. Asumía que había encontrado pareja.
Aquella mañana amaneció radiante. Los niños de Madrid había sacado a la calle sus camionetas, sus hombres araña y las muñecas que les trajeron los Reyes Magos. La Epifanía era una noche mágica. Ponía fin al misterio de las Doce Noches y Saturno dejaba de gobernar el mundo. Durante este intervalo ocurrían bajo el imperio del dios oscuro así conocían a Saturno los romanos y para aplacarlo celebraban las saturnales. Las doce noches venían marcadas por la tragedia de trifulcas en el hogar, asesinatos, borracheras, eclipses, pues el sol se ocultaba y no quería alumbrar la Tierra, terremotos e inundaciones. Ero era sobre todo la melancolía que sentía el hombre ante el tiempo que pasa y la vida que se va. Este espíritu pagano había renacido en las sociedades antes llamadas cristianas. Había que ponerle a los pascueros y a papá Noel que se deslizaba por toda la Europa nevada en su trineo buena cara. Ho. Ho. Ho.
Pese a sus dolamas tanto espirituales como corporales se sentía contento. Había llegado la hora de romper el ayuno. Se fue a comer al Julifer. Allí todo seguía igual que hacía diez años. El Analectos en la barra y la Abamita en su chiscón la cual al verle llegar le hizo esta salutación:
—Coño, yo creía que te habías muerto.
No supo qué decir ante tal insolencia. Pidió lentejas, gachopo y una botella de vino. De postre arroz con leche y un chispacito de coñac.
Había tres o cuatro individuos en la barra discutiendo acaloradamente sobre la derrota del Madrid ante el Alavés. Nadie hablaba de política. Abandonó el local satisfecho y por aquel dicho de que de la panza sale la danza recuperó su buen humor pero ya en el autobús camino de casa empezó a sentirse mal. Le daban arcadas pero no podía vomitar. Se le puso cara de luna de enero.
En la parada final se acurrucó en un banco.
— ¿Se encuentra usted mal, señor?
—Si llamen a una ambulancia. Me muero.
Llegó una ambulancia y Arije fue conducido de inmediato a urgencias. Allí perdió la consciencia. Cuando despertó estaba en el quirófano de Puerta de Hierro rodeado de tubos de mascarillas y de electrodos, enchufado a una maquina todo su cuerpo. La medico una muchacha joven se acercó:
 — ¿Qué comió usted hoy?
—Lentejas y cachopo, algo de vino y un poco de aguardiente.
— ¿Dónde?
—En un bar regentado por amigos míos
—Señor, pues en las lentejas le colaron belladona ¿No se dio cuenta? Es un veneno que puede causar la muerte pero al parecer es usted hombre de complexión fuerte.
—No. Las lentejas estaban buenísimas.
—Le hemos hecho un lavado de estomago. Creo que se recuperará. No obstante, quedarán secuelas.
Arije no maldijo a los que le quisieron envenenar. Lo aceptó como castigo por sus pecados y un aviso del cielo para no volver a pisar nunca un chigre, tabernas, una fonda sin homologar. Dios le había salvado de las garras de Erifos y de la Leo. Otra vez la Divina Misericordia estuvo de su parte. Aunque tampoco hay que fiarse de las fuertes lunas de enero cuando las gatas entran en celo.



[1] Llamo a lo fieles, loro por los muertos y soy pararrayos


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