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lunes, 23 de agosto de 2021

 ESPAÑA OCHO SIGLOS JUGANDO A LAS CARTAS

 

Juegos de manos juego de villanos pero en España llevamos muchos siglos dándole al naipe. Por tabernas, garitos, cuarteles, conventos, cárceles y hospitales gira la rueda de la fortuna. Es herencia romana. Los soldados romanos se jugaron a la taba (ludus tesserae) la túnica de Cristo que no pudieron dividir, era inconsútil. En 1221 el rey don Alfonso X el Sabio publica las Cantigas y el Fuero Juzgo pero también “Ordenamiento de Tahúres” recomienda a los nobles que se abstuvieran de acudir a garitos y colmados donde la codicia circulaba por el tapete verde. Nuestros soldados en Flandes pasaban las horas dándole al rentoy, a las siete y media al tute o al subastado. De Cuba vino el póquer. El sonido del cubilete es una melodía mágica para los que contrajeron el vicio de las cartas. Se han jugado hasta la camisa: la mujer, el cortijo, las tierras. El ordenamiento de tahúres advierte a los postores que se guarden de riñas y blasfemias. El buen  rey sabía mucho, el que hizo la ley hizo la trampa, porque los profesionales del naipe sólo ganan  al engaño. Cartas marcadas. Y hay muchos que cuando los despluman tienen mal perder y tiran de navaja. Hay que conocer las sotas, los reyes los caballos y hacer a todos los palos. Cartas son cartas ¿Canta Vd veinte? No, cuarenta. Todo son entonces reniegos y tretas. Palabras mayores. Envidamos a chica. Mus. Punto redondo. ¿La piculina? Esa se fue al cielo. Aquí está el copón. Paso. ¿Llevas? Llevo. Rueden los dados.  No me valgan maulas. Carta en la mesa presa. Sí. Sí por mis cojones que vuelan. Habla bien, tú. No me da la gana. Voy de farol. No hagan muecas. Hay todo un ritual detrás de estas convenciones tenidas a media tarde entre tahúres. Es un ritual esto de echar la partida tras la sobremesa. El punto de Venus seis a cada hoja. El punto del perro el tres y el del buitre la blanca doble. Pintan bastos. Media España después de tercia no tiene ganas de otra cosa que hacer que darle a la brisca. Son cuarenta cartas la edad de Mahoma. España farandulera y ociosa. Que inventen ellos. Yo voy a lo mío. Ocho siglos 1221-2021 y aquí estamos sumidos en la oscuridad del aire sobrecargado de una timba. No solo nos gusta jugarnos la vida, la mujer, la casa, el reloj, el coche, los gemelos de oro que nos regalón el padrín de boda. También nos jugamos la Patria cuando nos viene en gana  y a nosotros mismos. Este país tiene lo suyo de ruleta rusa.


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